martes, 9 de abril de 2019

La virtud de la vida.


"Estuve pensando el otro día que, si mi madre y mi padre no me hubiesen querido, si mi madre me hubiese abortado, hoy no sería una misionera de la caridad. No podría cuidar a los leprosos, a eso moribundos, lisiados, indeseados,  y olvidados. No tendría la oportunidad de sonreír y llevar alegría a tantos seres solidarios"  Madre Teresa De Calcuta. 





El aborto se ha convertido en uno de los temas más debatidos en los últimos  tiempos. Hablar de vida termina siendo una polémica extremista que llega a todos los rincones del mundo, hablar de vida significa decir “Yo mando en mi propio cuerpo y puedo hacer lo que quiero”.

Hoy las heridas que aquellas mujeres que por miedo a ser juzgadas, por temor a ser señaladas,  por no decepcionar a sus padres en el deseo de llevar una  vida ejemplar entre los principios y valores inculcados, han de tomar esta terrible  decisión. A muchas les ha tocado llegar a estos extremos por sentirse solas y abandonadas, sin otra alternativa, a otras, por ideologías y deseos de  no procrear.

Decir que abortar no es acabar con la vida, y que mientras no estén formadas las extremidades y fisonomía de un ser humano puedo sentirme en la autoridad de utilizar estos métodos,  vulgarmente llamados “Aborto legal” o en el peor de los casos “Aborto terapéutico” o “Aborto electivo” que en lo moral el único  nombre que tienen en medio de la confusión es “Aborto criminal”. Ya hay vida una vez que el ovulo este fecundado.



La virtud de la vida fue tan importante, que Dios mismo quiso que su único hijo naciera por un embarazo normal de nueve meses desarrollando dentro de una mujer,  dos o tres personas que no entiendan la vida de esta manera no pueden decir que el aborto no es un asesinato, cuando estas acabando con un corazón que está latiendo desde el primer momento. Amar la vida es amar tus sueños, es amar lo que eres, porque un día mamá te dejó nacer.

Amas la vida cuando tu valentía puede cambiar el mundo, amas la vida cuando a pesar de ese dolor que te causaron cuando creabas en tu vientre una vida nueva, decides sanarla a través de una sonrisa que tendrás para siempre y que viene del cielo.

Amas, cuando tu corazón virtuoso dice ¡Sí! a la vida.

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