"Estuve pensando el otro día
que, si mi madre y mi padre no me hubiesen querido, si mi madre me hubiese
abortado, hoy no sería una misionera de la caridad. No podría cuidar a los
leprosos, a eso moribundos, lisiados, indeseados, y olvidados. No tendría
la oportunidad de sonreír y llevar alegría a tantos seres
solidarios" Madre Teresa De Calcuta.
El aborto se ha convertido en uno
de los temas más debatidos en los últimos tiempos. Hablar de vida termina siendo una polémica
extremista que llega a todos los rincones del mundo, hablar de vida significa
decir “Yo mando en mi propio cuerpo y puedo hacer lo que quiero”.
Hoy las heridas que aquellas
mujeres que por miedo a ser juzgadas, por temor a ser señaladas, por no decepcionar a sus padres en el deseo
de llevar una vida ejemplar entre los
principios y valores inculcados, han de tomar esta terrible decisión. A muchas les ha tocado llegar a
estos extremos por sentirse solas y abandonadas, sin otra alternativa, a otras,
por ideologías y deseos de no procrear.
Decir que abortar no es acabar
con la vida, y que mientras no estén formadas las extremidades y fisonomía de
un ser humano puedo sentirme en la autoridad de utilizar estos métodos, vulgarmente llamados “Aborto legal” o en el
peor de los casos “Aborto terapéutico” o “Aborto electivo” que en lo moral el único
nombre que tienen en medio de la confusión
es “Aborto criminal”. Ya hay vida una vez que el ovulo este fecundado.
La virtud de la vida fue tan
importante, que Dios mismo quiso que su único hijo naciera por un embarazo
normal de nueve meses desarrollando dentro de una mujer, dos o tres personas que no entiendan la vida
de esta manera no pueden decir que el aborto no es un asesinato, cuando estas
acabando con un corazón que está latiendo desde el primer momento. Amar la vida
es amar tus sueños, es amar lo que eres, porque un día mamá te dejó nacer.
Amas la vida cuando tu valentía puede
cambiar el mundo, amas la vida cuando a pesar de ese dolor que te causaron
cuando creabas en tu vientre una vida nueva, decides sanarla a través de una
sonrisa que tendrás para siempre y que viene del cielo.
Amas, cuando tu corazón virtuoso
dice ¡Sí! a la vida.